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LECTURA 2 GRADO SÉPTIMO

POSESIONES EUROPEAS EN AMÉRICA

Tomado de: http://commons.wikimedia.org  Consultado el 7 de febrero de 2009

  • Las posesiones españolas se extendían desde el cabo de hornos en el sur del continente hasta las montañas de Nevada en norteamerica, atravesando toda centroamérica y alcanzando hasta Florida. Ciertas comunidades indígenas fueron respetadas por su bravura y la única relación era comercial.
  • Las posesiones portuguesas están tomadas de las zonas que ocuparon: toda la franja costera más la zona de las misiones. No se incluye la región del Mato Grosso y la Amazonia.
  • Las posesiones francesas son Luisiana y Quebec, en Norte América, y La Guayana Fr., Haití y otras islas en el Caribe y Sud América.
  • Las posesiones británicas son las treces colonias más las posesiones en lo que luego sería Canadá, más algunas islas en el Caribe y la Guayana británica.
  • Las posesiones holandesas son la Guayana holandesa y algunas islas en el Caribe.

No se incluyen pequeñas posesiones coloniales de Rusia, Escocia, Gales, ni Curlandia. Tampoco se incluyen los estados independientes afrobrasileños en Los Palmares, ni las Misiones Jesuíticas que mantuvieron una organización comunitaria autónoma cristiano-guaraní. Tampoco se incluyen varias islas del Caribe que no fueron colonizadas o que estuvieron en poder de piratas.

Colonización portuguesa

La colonización portuguesa de América, comenzó motivada por razones económicas y estratégicas. Por un lado las económicas a causa de la merma en las ganancias en el comercio con el Oriente y las posibilidades mercantiles del árbol de Brasil, de cuya corteza se producía un tinte rojo usado para teñir textiles. Por el otro estratégicas, por el temor a una invasión española o francesa a su territorio.

En 1530, la corona portuguesa expulsó a los franceses que rondaban las costas de Brasil, ya que eran tierras que pertenecían a Portugal desde 1500.

En 1533, el rey de Portugal, dividió el territorio de Brasil en 15 franjas o capitanías, de 150 millas de ancho cada una, lo que influyó en el carácter privado de la colonización portuguesa. Estas capitanías fueron repartidas u otorgadas a nobles portugueses de forma vitalicia y hereditaria a fin de obtener el mayor rendimiento con el mínimo de costos para la metrópoli. Los nobles que recibieron las mismas se comprometieron a evangelizar a los aborígenes, reclutar colonos, y a desarrollar económicamente la capitanía.

Durante 19 años la administración de las capitanías estuvo a cargo de los nobles, pero, en 1549, el rey nombró un gobernador general o "Capitán mayor" representante del rey que administraría toda la colonia. El propósito de este gobierno era que el rey de Portugal gobernara a Brasil con el asesoramiento del Consejo Ultramarino, además de unificar el gobierno colonial. Sin embargo, aunque se pretendió quitar poderes a los capitanes generales, realmente continuaron dominando la colonia. Ellos, perdieron solamente facultades políticas pero mantuvieron sus privilegios económicos y continuaron con la esclavitud indígena. Desde los comienzos de la colonización, una de las actividades principales realizada por los terratenientes o capitanes generales en Brasil, fue las cacerías indígenas con el fin de esclavizarlos. Estos organizaron compañías militares o banderas que se organizaron para realizar expediciones al interior del territorio y de la selva amazónica, en busca de humanos para esclavizarlos. Aun así, los indígenas no fueron suficientes para la mano de obra por lo que recurrieron al uso de esclavos africanos a partir del 1530.

Colonización francesa

Los procesos de colonización francesa se iniciaron a principios del siglo XVII. Durante el siglo anterior, los franceses habían intentado infructuosamente asentarse en territorio Norteaméricano y, a pesar de las dificultades, durante el siglo XVI los barcos pesqueros franceses visitaban con regularidad la costa atlántica del norte del continente. Esto venía motivado principalmente por la demanda de pieles en los mercados europeos y, por ello, los comerciantes franceses iniciaron un lucrativo negocio con los aborígenes.

A principios del siglo XVII, Francia fundó puestos comerciales en Nueva Escocia, Annapolis y Quebec (primera colonia francesa, fundada como parte de una factoría peletera) en la actual Canadá y no dudó en apoyar a sus aliados comerciales, los hurones, en sus guerras con otros pueblos indígenas del este de Norteamérica. Otra colonia francesa fue fundada en Montreal, desde donde comenzó la exploración de la zona de los Grandes Lagos y del río Mississippi.

A diferencia de los primeros colonos ingleses, que se quedaron en las costas y utilizaron intermediarios para comerciar con los indígenas, los franceses se adentraron en los bosques con la intención de ampliar las fronteras comerciales y religiosas con los nativos. Por ello, para la primera mitad del siglo XVIII había establecimientos franceses en Detroit, Niágara, Illinois y Nueva Orleans. Estos puestos le proporcionaron a Francia el control de un territorio que se extendía desde Canadá hasta Luisiana.

El gobierno francés también fomento el establecimiento de colonias en el Caribe: en el transcurso del siglo XVII, conquistó las islas de Saint Christopher, Saint Croix, Saint Bartholomew, Grenada, Saint Martin, Tortuga, Marie Galánte y la parte oeste de La Española que se llamó Saint Domingue (Haití).

La importancia de las colonias francesas fue básicamente económica y militar. Se encontraban cerca de las principales rutas de navegación españolas, lo que permitía interceptar sus barcos y establecer comercio. Las islas francesas tenían una economía basada en la producción y exportación de azúcar, algodón, cacao y tabaco. Por otro lado la mano de obra esclava también generaba grandes ganancias. Eventualmente las colonias francesas tuvieron mayor población esclava que blanca, uno de los factores que favorecieron su prosperidad económica.

El régimen colonial francés

Originalmente la instituciones administrativas del régimen colonial francés se asemejaron a las del inglés, ya que los contratos comerciales de colonización otorgaban gran libertad a los corredores de los bosques, como llamaban a los cazadores de pieles preciosas. Con el tiempo esto cambió, y se nombraron gobernadores que disfrutaron de prerrogativas similares a las capitanías generales del Brasil o los adelantados y primeros gobernadores de las colonias españolas. Sin embargo, para la segunda mitad del siglo XVII se impuso un régimen centralizado; más acorde con las ideas de Luis XIV, rey absolutista francés: Canadá fue convertida en provincia francesa, bajo el mando de un gobernador general supeditado al monarca, y el territorio fue dividido en señoríos que se otorgaron a nobles de la corte. Estos señoríos se subdividían en parroquias bajo la autoridad del cura o párroco y del jefe militar. Numerosos intendentes o funcionarios con poderes militares, fiscales y judiciales mantenían el rígido centralismo de la metrópoli francesa. Ese mismo régimen se impuso en las otras colonias francesas a partir de esta época.

Colonización británica

Después de la llegada de Juan Cabot a la península de Labrador, en 1521, la corona inglesa llevo otra expedición en cabezada por Sir Walter Raleigh, quien intento establecer colonias en la llanura oriental en América del norte y fundo Virginia, en 1585, en homenaje a la reina Isabel. El proceso de colonización se reanudó recién a principios del siglo XVII.

Las Trece Colonias, un puñado de pueblos fundados por oleadas de inmigrantes ingleses entre los siglos XVII y XVIII, no poseían los rasgos del rígido sistema feudal europeo. Las colonias del noreste, estaban formadas inicialmente por puritanos que fundaron Massachusetts. En las colonias del sureste (Virginia, Carolina y Georgia), donde la población estaba compuesta principalmente por grandes y pequeños propietarios y esclavos, se había organizado un sistema esclavista, según el que unos 500.000 esclavos negros explotaban plantaciones de tabaco, algodón y azúcar.

Después del triunfo de Inglaterra sobre Francia en la Guerra de los 7 Años (1756-1763) en la que Inglaterra recibió gran ayuda de las colonias económica y militarmente, colaboración a pesar de la cual se crearon nuevos impuestos sobre el azúcar y subieron los ya existentes (sobre todo en el papel timbrado que en aquella época que era muy utilizado en la administración y en los actos notariales).

Al estallar la guerra colonial, los colonos tomaron consenso de su poder, el que usaron para oponerse al alza de impuestos decretada desde Inglaterra. La reyerta degeneró en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (1776-1783).

Al principio los ejércitos ingleses parecían superiores pero, en 1779 se produjo una escalada en el conflicto: Francia y España decidieron entrar directamente en la guerra, convirtiéndose así la guerra de independencia en un conflicto internacional.

Más tarde Holanda también se une a la coalición formada por España y Francia, con ambiciones de ganar posiciones por el dominio de los mares. En 1783, Gran Bretaña reconocía la independencia de las colonias.

Colonización holandesa

Desde mediados del siglo XVI, comerciantes holandeses incursionaron en las colonias españolas de las Antillas, estableciéndose en las Antillas Menores (Curazao) y en zonas de Brasil de donde fueron expulsados en 1654. Aunque permanecieron en Surinam y parte de las Guyanas, donde desarrollaron durante los siglos XVII y XVIII una economía de plantación para abastecer de productos tropicales a Holanda. El desarrollo del sistema de plantación en estas colonias fue tan grande, que condujo a una de las mayores concentraciones de esclavos en el siglo XVII y a una feroz lucha de los esclavos por su libertad.

En América del Norte comenzaron su entrada para el 1609, cuando un navegante inglés al servicio de una colonia en las Guayanas.

En cuanto al régimen administrativo implantado por los holandeses durante la época colonial se puede mencionar que en sus orígenes fue similar al inglés y al portugués dado el carácter de factorías o establecimientos comerciales que tuvieron sus efímeras colonias. Sin embargo, la colonia que durante varios años lograron establecer en Brasil fue gobernada por un miembro de la familia real. En las islas que conservó se estableció años después, un gobierno más subordinado a la Corona holandesa.

Al fin, las colonias holandesas en América fueron efímeras, poco duraderas ya que sus intentos fueron frustrados por ingleses y portugueses, de ahí que sólo permanecieran con algunas posesiones del Caribe.

Holanda (Países Bajos) Fundo pequeñas colonias estratégicas para su comercio pero no fueron duraderas. En su intento por apoderarse de Brasil logro establecerse en Recife y otros puntos de la costa norte sin embargo los portugueses mantuvieron su límite. En norte América la compañía Holandesa de las ideas occidentales fundo nuevas Ámsterdam hoy en día Nueva York.

Colonización española

 

La corona de Castilla pronto quiso anexar los nuevos territorios, al parecer ricos en oro y plata. Luego de la conquista de los imperios Maya, Azteca e Inca junto con otros menores, comenzó la sujeción de los aborígenes a sistemas de trabajo obligatorios, la explotación económica de las regiones, la fundación de ciudades y el establecimiento de las instituciones de gobierno. En el caso de los imperios Maya y Azteca esto se formalizó a través del establecimiento del Virreinato de la Nueva España y en el caso del imperio Inca esto se formalizo como el virreinato de la Nueva Castilla.

 

Los aborígenes pronto fueron obligados a trabajar para los conquistadores en varios sistemas de trabajo como la encomienda, la mita, el yanaconazgo, el porteo y la esclavitud.

La encomienda fue instalada por Nicolás de Ovando, el sucesor de Cristóbal Colón, en La Española (República Dominicana y Haití) a partir de 1508. Por este sistema la Corona concedía al encomendero derechos de por vida sobre un número de indios. El encomendero se encargaba de proteger a los indígenas, evangelizarlos e instruirlos. Los indígenas debían prestar servicios de trabajo y tributos al encomendero, y tenían prohibido seguir creyendo en sus ideas religiosas así como aprender a leer y escribir. Las indígenas encomendadas desempeñaron un rol central en el mestizaje manteniendo relaciones sexuales con los españoles que en algunos casos, como en Paraguay llegaron a procrear diez o veinte mestizos cada uno.[1] Fray Bernardo de Armenta relató que en 1544, un centenar de españoles ya habían procreado «600 criaturas de que los cristianos han habido en las indias». Algunos historiadores y pensadores sostienen que esas relaciones sexuales fueron mayoritariamente forzadas,mientras que otros sostienen que las indígenas encomendadas aceptaban voluntariamente mantener relaciones sexuales con los conquistadores y colonizadores

A mediados del siglo XVI, la Iglesia comenzó a protestar por las condiciones de trabajo inhumanas de los indígenas, que eran obligados a trabajar, y que debían ser considerados personas libres. El padre Bartolomé de Las Casas se destacó por su trabajo en defensa de los indígenas, quien sostenía que los españoles debían vivir de su trabajo y no del aborigen. Pero la Corona no eliminó las encomiendas por esta razón, sino porque los encomenderos estaban ganando mucho poder y representaban un peligro para la autoridad real en América.

La mita proviene del quechua y significa "turno". Esta institución era ya practicada por los Incas en la zona andina, y los conquistadores la adaptaron a sus necesidades. Consistía en un servicio de actividades ganaderas, domésticas y mineras que los aborígenes estaban obligados a cumplir al servicio de los españoles. Los españoles prohibieron sus creencias religiosas pero les dejaron seguir hablando en su idioma y preservar algunos componentes de su cultura autóctona. La mita minera fue la más extendida.

La yana es conocida también como yanaconazgo y era el trabajo obligatorio de los indígenas en las labores agrícolas.

El porteo era la obligación de que tenían los aborígenes de transportar los productos que requirieran los españoles.

La esclavitud fue un régimen de trabajo ampliamente utilizado por los colonizadores europeos. Inicialmente los indígenas fueron considerados esclavos hasta 1503, pero luego se estableció que los aborígenes eran personas libres aunque sujetas a trabajo obligatorio.

Por otra parte, a medida que la mayor parte de la población indígena moría durante el primer siglo de la colonización y la mano de obra se reducía consecuentemente, los europeos tomaron la decisión de secuestrar personas en el África subsahariana para reemplazar a los indoamericanos, ahora bajo un régimen de franca esclavitud. Se estima que 60 millones de personas fueron atrapadas en África para embarcarlas hacia América, de las cuales solo 12 millones llegaron con vida. El propio fray Bartolomé de las Casas, defensor de los derechos de los indígenas, llegó a apoyar la esclavitud de africanos.

 

 

 

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